Mi nueva casita

Estoy intentando subir más fotos, pero el internet en esta casa va lentiiiiiiiiisimo, asi que no subo más.

Bueno, pues solo me da tiempo a enseñar mi habitación y poco más, que se me queda muy grande (tiene 11 m cuadrados), porque además, tengo muy poquitas cosas para poner y se siente muuuuuuy vacía.

voy a contaros, para todos los que querais leer un rato una historia un poco larga, LA HISTORIA DE MI CASA uuuuuuuuuuuuuuu

1º Resulta que yo ya había mirado la casa el día 26. El suelo de mi habitación es de cemento, así que decidí que iba a comprar un piso (suelo) de plástico, peeero, como aquí las cosas van un poco despacito (todo a su momento y si lo puedo hacer mañana para que lo voy a hacer hoy) tardé un rato en ir a comprarlo.

2º Como Mariajo estaba conmigo y se iba a venir a la casa mientras buscara piso, decidimos llevar las maletonas de ella a mi habitación de Copilco para ya no preocuparnos por ellas.

3º Por otro lado (y cuento todo esto para poneros en situación) nos costó otro rato poder quedar con Lalo (el primo de Iván y Omar) para que nos ayudara a transportar, el jueves, el gigante colchón (aunque en la foto no parezca tan grande porque la habitación lo empequeñece) desde Izcalli a Copilco.

Ambas tres cosas que acabo de contar, sucedieron el miércoles.....todo preparado para que el jueves viniera Lalo, cargáramos la furgoneta, cargáramos el suelo y nos dirigiéramos a casa.

Eeeeel jueves, media hora antes de que llegara Lalo a recogernos en Izcalli (y eso porque el quedar a las 11 llegó a convertirse en las 13:30), me llama Belén (mi compa de piso) apuradiiiiiisima, casi llorando, y me dice que el chaval que está con nosotras en el piso ha tenido un ataque de bipolaridad agresiva, que había roto unas botellas, que la había insultado, gritado....etc, etc....y que ella se iba del piso.

Pues nada....ya no hay piso, ni suelo que valga, NI NÁ, y menos mal que del suelo solo había pagado una pequeña señal y que el día anterior no pagué la mensualidad al chaval (aunque se me ocurrió). Pero lo peor de todo fue sentir que toooodo lo que habíamos hecho el día anterior no valió para nada.

Corriendo llamamos a Lalo para que no viniera con la furgoneta, y más corriendo todavía (por si al locochón se le ocurría cualquier cosa rara con las maletas) vamos a Copilco a recoger las maletas de Mariajo (con deprisa digo 2 horas o más que es lo que se tarda de casa de Iván a la nuestra). Nos vamos a un hostal en el centro con las maletas y Mariajo. Leeeeeeentamente porque decidimos agarrar un bus que tarda tres veces más que el metro. Dejamos a Mariajo y a Belén (que había salido todavía a más correr de la casa y ya estaba allí) e Iván y yo nos volvemos con cabeza gacha pa su casa.

Viernes morning: ringggg, ringggggg. Me vuelve a llamar Belén para decirme que la familia del chaval se lo ha llevado a un centro y que nos podemos quedar con el piso. Bieeeeeen.

Pero.....vuelvo de nuevo a sentir que toooodo lo que habíamos hecho el día anterior lo habíamos hecho al revés y no sirvió de nada; porque: podríamos haber dejado las maletas de Mariajo el la casa y no darnos el agobión de ir a recogerlas, porque: podría haber venido Lalo con su furgoneta, cargar el colchón, cargar el suelo y haberlo dejado todo en el piso (y ahora, a ver cuando podíamos volver a quedar con Lalo para que nos prestara la furgoneta)

Y es que nunca sabes lo que mañana puede pasar, yo creo que por eso los mexicanos prefieren dejarlo todo para mañana.

Al final, ya estamos las tres felices y contentas en la casa, bien grande y bien hermosa, y poco a poco supongo que la iremos haciendo nuestra. Además, solo tenemos que pagar entre las tres 4000 pesos (que son como 200 euros) 1300 cada una, porque la familia del chico va a seguir pagando la habitación de él, aunque no la podemos ocupar. Por eso Mariajo y Belén comparten esa cuquiña habitación que se puede ver arriba.

Por hoy es todo, me gustaría haber escrito y puesto alguna foto más, pero tengo los dedos cansados de escribir.
Os quiero